El cerro Pan de Azúcar es una elevación argentina ubicada a la vera de la Ruta Nacional N° 3, a 45 km al norte de Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz, Patagonia Argentina. Su cúspide da una inigualable vista hacia la bella playa Alsina?. Además, su peculiar forma con sus colores cambiantes a lo largo del dÃa, crean un espectáculo natural que no pasa desapercibido por quienes circulan a su alrededor.
El cerro se encuentra entre La LoberÃa por el sur y BahÃa del Fondo y Playa Alsina por el norte, a pocos kilómetros del lÃmite provincial Chubut - Santa Cruz. Se ubica a pocos kilómetros de la playa Alsina, la primera -comenzando desde el sur hacia el norte- del sistema de playas con arena fina. En las cercanÃas existÃa hasta fines del siglo pasado la compañÃa Hermanos Acinas dedicada a la extracción de cal. Esta obtenÃa cal de almejas muy abundantes en la zona. Esta es la razón del nombre con el que comúnmente se identifica a esa peligrosa curva, y también a la playa que se encuentra debajo: Playa Acinas, aunque también es conocida como Playa Alsina, por su semejanza fonética. Hoy solo quedan vestigios de aquella intensa explotación.
Por otro lado, la curva La Calera, se halla sobre la ruta 3 muy próxima al cerro y la playa. El lugar es famoso por poseer un radio de giro de casi 90 grados, donde se produjeron centenares de accidentes, en algunos casos fatales. Esta peligrosa curva esta a metros del acceso a playa Alsina, por lo que los vehÃculos accidentados corren riesgo de desbarrancarse.
Para su ascenso se debe recorrer una distancia de más de 2 kilómetros que lo separan de la ruta, unir la ruta con la base del cerro a pie lleva media hora. Sin embargo, el Pan de Azúcar pertenece a una estancia y es propiedad privada, por lo que no se recomienda su ingreso sin la correspondiente autorización.
La cuesta es suave y una vez que se arriba al sombrero de piedra, que lo corona, se hace imposible su escalada a primera vista. Esto se debe a que su sombrero está conformado por paredes verticales de piedra.
La única opción es por el lado oeste, donde no presenta grandes dificultades y la pendiente disminuye suavemente. Una vez en la cima se permite una espléndida vista en todos los puntos cardinales que perfilan la vista hacia el prado, el mar, los mallines y el horizonte mesetario. Su cima está señalada por un poste de metal y a un costado hay inscripciones en piedras o pintadas con los nombres de quienes lograron su ascenso. Por su belleza, fácil acceso y singularidad es visitado por muchos que lo tienen entre sus objetivos o de la fascinación deciden su ascenso en forma instantánea
Al ser un lugar abierto la ferocidad del clima patagónico se hace sentir con un viento que es capaz de mantener velocidades constantes de 80 kilómetros por hora con ráfagas que superan los 120 kph. Además, toda la zona circundante es peligrosa históricamente para el tránsito; debido a que durante los temporales de viento se desarrollan fuertes ráfagas que culminan en el mar y pueden afectar incluso a los rodados pesados. Por esta razón, es prudente revisar el pronóstico y no intentarlo con climas adversos para no sufrir lesiones. Una vez en la cima el viento se acentúa y regala una vista fabulosa: mesetas, mar, estepa y mallines se combinan en 360° de pura Patagonia.